Daniel Craig parece consolidarse definitivamente en su rol de agente 007. En la anterior entrega chocaba ver a un actor casi desconocido, pero ya en Quantum of Solace es un ritual verle.
A principios de febrero del 2005, Craig fue nombrado por los medios como un posible candidato para reemplazar a Pierce Brosnan como James Bond. El 6 de abril del 2005 se informó que Craig había firmado con Producciones EON un contrato de tres películas con un valor de 15 millones de libras, sin embargo, esta noticia fue luego refutada por la BBC quienes contactaron a EON para un informe oficial. De acuerdo con Craig, la MGM le ofreció el rol pero la familia Broccoli nunca lo contactó. Finalmente, el 14 de octubre del 2005, Producciones EON nombró a Daniel Craig como el sexto actor en interpretar a 007, reemplazando a Pierce Brosnan. Craig firmó un contrato de tres películas. La primera fue Casino Royale, estrenada mundialmente el 17 de noviembre del 2006.
Craig, de 38 años y además, el primer agente 007 rubio, ha logrado desafiar a los críticos y fanáticos más tradicionales de Bond que le consideraban un tanto tosco para el personaje, y consiguió ser elogiado por su rol protagónico en Casino Royale. Comparado con el estilo clásico de sus antecesores, Craig se muestra mucho más natural, no es el James Bond más guapo pero sí de los más atractivos, pues los anteriores eran mucho más elitistas y las situaciones que se daban eran más fantásticas. Ha sido el James Bond que más ha conseguido pegarse a la piel del agente 007, pues muchas de las escenas de acción que requieren muchísimo esfuerzo y dedicación, que son casi siempre interpretadas por especialistas, son realizadas por el propio Daniel Craig.
Quantum of Solace trata el tema de las mafias de Sudamérica que operan con el consentimiento de los servicios de inteligencia estadounidenses, hecho muy en boga y que, afortunadamente para nosotros, cada día se nos informa sobre ello aunque sin poner remedio.
Hay que puntualizar que estos dos últimos films de James Bond han sido y son de los más espectaculares a lo que inteligencia y riesgo se refiere. Este agente es mucho más suspicaz; más preparado físicamente, pues en esta última entrega conduce coche, moto, avión y barco; más carismático y más caballero, aunque el adjetivo de golfo no se lo quita nadie. Lo que sí se nos ha mostrado es a un hombre dolido por amor. Un 007 de carne y hueso que no sólo viste de etiqueta y acude a fiestas fastuosas. Un hombre que juega bien sus cartas y actúa como bien puede ante las adversidades que se le van poniendo en el camino. Un agente que improvisa como el que más, hecho que le convierte en un héroe más humano. Esperamos que Craig siga sorprendiéndonos con muchas entregas más y que obtenga el reconocimiento que se merece.